El amor es una de las fuerzas más intensas de este universo. En los casos extremos solo se compara con la energía de los rayos gamma o con el poder de atracción de unos magnetos. Existen infinitas historias que por su cualidad ponen al amor en lo más alto, también entre las pasiones más peligrosas, pero sin dudas en un lugar de privilegio.
Existen muchas razones para creer que el amor es una construcción propiamente humana y de nuestra sociedad, que realmente no es algo del mundo, sino que es parte de nuestra esencia y que nosotros somos los protagonistas de nuestro propio cuento. Desde aquí, la humilde opinión para nosotros, es que esto no es así. Todo lo contrario, el amor es para nosotros algo ajeno a nuestra especie, habita en el mundo, como la luz, y nos excede en todos los aspectos. Es mucho más abarcativo y no solo ocurre entre los seres humanos, sino que hay amor entre los animales, para con ellos y de ellos para con nosotros y la naturaleza en general ofrece mucho amor y vida.
¿Y como podríamos separar la vida del amor o el amor de la vida? Si ambas dos están tan cercanas y relacionadas. Pensemos que cuando dos seres se aman son capaces de dar vida, de crearla y mejor aún, criarla. Sin dudas algo mayor, cercano, pero que nos excede en todos los sentidos.
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